Aún así, cuando pienso en la pobre niña, cuyo único deseo es ir a la escuela, se me sigue haciendo un nudo en la garganta.
Algo que nosotros tenemos tan interiorizado y que vemos como la cosa más normal del mundo puede convertirse en una pesadilla para niños que no tienen ni por asomo la misma suerte que nosotros.
El hecho de conseguir el material es ya una barrera casi infranqueable, pero cuando aún así lo ha conseguido, tiene que enfrentarse a la realidad de su pueblo, a no poder estudiar por su condición de mujer, a que los niños quieran lapidarla... HORRIBLE.
Es curioso como nos costaba a nosotros levantarnos por la mañana para ir a la escuela y como hay niños que hacen lo imposible para poder ir.
Hace poco ví un documental que me dejó helada, de unos niños que todas las mañanas hacían algo inimaginable para poder ir a dar clase, espero encontrar el vídeo y colgarlo pronto.
Y pensar que hoy en día, tal y como vivímos nosotros...
No hay comentarios:
Publicar un comentario