jueves, 13 de enero de 2011

Taller de preguntas inteligentes

Bases:

Lo que sí hay que hacer:
Lo primero a saber: ¿qué es lo que queremos saber?
Las preguntas tienen que tener un objetivo: indagar en lo que queremos saber.
Tenemos que saber ser ingeniosos para saber lo que queremos.
Las preguntas básicas se eluden fácilmente.
Enunciar las preguntas con cortesía y prescisión para ir a lo que quieres aunque sea esquivándolo.

Lo que no hay que hacer:
Preguntas con respuestas fáciles u obvias.
Preguntas imprecisas. (no saben qué contestar)
Nunca dar discursos.
No preguntar nada sobre lo que ya se dijo.
No preguntar sobre otro tema.

Es importante saber dignificar las preguntas de los demás.

No debemos ser reacios a las contestaciones. Si no se consigue la respuesta buscada hay que esperar y hacer otra pregunta para que se desdiga a sí mismo.
Nunca hay que perder el objetivo final, ya que se perdería el interés común).
Debemos preguntarnos a nosotros mismos cómo es la otra persona: alegre, nervioso, bondadoso... Siempre a través de la intuición.
Pueden surgir nuevos intereses a lo largo del interrogatorio, si esto ocurre debemos mantener siempre el objetivo final y a continuación entrar en la nueva faceta que puede provocar más nuevos intereses.

Práctica:
Exprimir la creatividad con un tiempo determinado para conseguir una serie de objetivos preguntando de forma directa o indirecta con un ejemplo real que se imparte en clase.

El resultado de la práctica ha sido sumamente interesante. Entre grupos hemos hecho una serie de preguntas para sacar al interrogado la información que queríamos en un principio.
Las preguntas han sido de los más curiosas, y desde luego la gente fallaba y se le pillaba si hacías las preguntas adecuadas.

El taller, de verdad, muy muy interesante y sobre todo práctico.




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